Tania Falquez

Se salvó de quedar muda

Tania Falquez estrena su nueva vida. No sólo por su personaje en la telenovela del canal RCN, Me amarás bajo la lluvia, que arrancará antes de mitad de año. También porque después de dos años de lucha logró recuperar su voz y su trabajo de actriz, después de que una indebida intervención quirúrgica la dejara prácticamente muda. En esta producción Tania será Esmeralda, una mujer de bajos recursos que hará hasta lo imposible por estar al lado de su amante. Con esta nueva aparición, la actriz comienza su desquite.

Una revancha que piensa arrancarle a la vida después de cuatro años de situaciones difíciles. Todo empezó hace cuatro años cuando contrajo matrimonio civil con el actor Luis Alfredo Velasco. No tuvo que pasar mucho tiempo para que comenzaran los problemas hasta llegar a la sepa ración. Entonces se refugió en su trabajo en la serie Francisco el matemático, viajó a Nueva York para tomar un nuevo aíre y aliviar su pena. Cuando estuvo lista regresó a Barranquilla, a retomar su carrera como actriz, pero esta vez los planes tampoco salieron como los había pensado. Una afección en la garganta la hizo cambiar de rumbo de nuevo.

Después de muchos exámenes médicos le detectaron un nódulo en la tiroides. El diagnóstico le despertó el miedo ante un posible cáncer, pero las pruebas de patología, después de la círugía de extracción del nódulo, la tranquilizaron. Así hubiera terminado un problema de salud, de no ser porque durante la intervención le maltrataron el nervio de la cuerda vocal izquierda que le paralizó de por vida esa parte de la garganta. Cuando Tanía salió de la operación no sabía que por un error médico con el nódulo le quitaron también parte de la tíroides y también la voz. Su carrera de actriz se había acabado.

Pensó en demandar al médico que la había operado, pero sus padres la convencieron de lo contrario. La de presión le impidió trabajar. No tenía palabras y las que tenía no podía expresarlas. Su voz se convirtió en un susurro, muy leve y permanente. El nuevo mundo que había construido se le vino encima. Diez años de su vida dedicada a la actuación iban a parar a la basura. Pensó en dedicarse a la publicidad, la carrera que terminó en la Jorge Tadeo Lozano, pero desistió y emprendió una nueva lucha.

Comenzó terapia con un equipo de fonoaudiólogas, muchos ejercicios de vocalización, lecturas en voz alta y canto. Su familia y sus amigos no dejaron de apoyarla. Fue como un comité de salvamento a su lado. Estuvo en Barranquilla ocho meses, de consultorio en consultorio, tratando de sacar su voz desde lo más profundo de su cuerpo. "Cada paso que daba era un triunfo". Cada vez decía los secretos, sin ser secretos, más altos.

Regresó a Bogotá, a comenzar desde cero. Con ocho kilos menos. Con una voz que al cabo de unas horas se volvía como un hilo delgado y fino. Trabajó en Expedientes, capítulos unitarios, con parlamentos muy cortos y muchos descansos. El director del programa, Lílo Vilaplana, tuvo mucha paciencia porque la actriz se volvía afónica rápidamente y había que esperar a que le saliera algo de voz. Luego la directora Tony Navia le dio la mano y un papel muy corto y conveniente para ella en Milagros de amor. Paso a paso fue cogiendo fuerza en su voz. Su cuerda vocal derecha es tan fuerte que suple la parálisis de la izquierda.

Ahora es un problema superado y ya habla normalmente. Lo único que no puede hacer es cantar como lo hacía antes en reuniones de amigos o familiares, pero eso a Tania ya no le importa, que canten los otros mientras ella vive la alegría de volver a actuar que es lo que más le interesa, porque es su verdadera pasión. "Fue una prueba muy dura para mí, pero yo sé que hay gente que supera cosas peores. Aprendí a valorar la gente que me rodea, a mirar la vida desde otra perspectiva y a decirles con más frecuencia cuanto los quiero y lo importante que son para mí y sobre todo a no preocuparme por cosas que no valen la pena". Quien habla es la nueva Tania, con su nueva voz y con el reto de nuevo papel en el canal RCN.

Tomado de la Revista Cromos No.4490, 8 de marzo de 2004