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presentador
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por Martha Isabel Duarte
Durante 14 años, Efraín Camargo fue víctima de su adicción a las drogas. Hace un año salió de las calles e ingresó a un centro de rehabilitación, cuando comprendió que había tocado fondo. Hasta 1985 fue presentador del noticiero, nadie dudaba de sus calidades profesionales, pero la drogadicción acabó con su carrera. AMOR FATAL En 1985, cuando tenía 38 años, presentó por última vez el noticiero. «Llegaba trasnochado y me despidieron por consumo de alcohol y cocaína. La televisión es muy permisiva, se va a muchos cocteles, reuniones y se consume licor y cocaína". En esa época estaba muy bien pagado y sentimentalmente también tenía
estabilidad. «Tenía mucho prestigio y una relación de pareja con Janeth, con
aspiraciones serias de matrimonio. Pero conocí a otra mujer que era solo
fiesta, droga y licor. Para tenerla le compraba droga... Sin darme cuenta,
también caí». Entonces, ambas relaciones se rompieron y luego lo despidieron
del trabajo. «La pasaba en el apartamento metiendo droga, la soledad , me
llevó a consumir más y más. En ese tiempo me sentía autosuficiente, tenía
carro dos apartamentos, crédito abierto. Pero esa seguridad era pasajera.
Cuando empecé a decaer, me quedé sin amigos, sin acceso a reuniones
sociales. Yo pensaba que lo podía controlar.., nunca imaginé que perdería mi
carrera y a mi familia». Empezó a caer cada vez más bajo, no volvió a
conseguir trabajo, incluso esperó un buen tiempo creyendo que lo volverían a
llamar del noticiero y luego tocó algunas puertas sin ningún resultado. Se
acabó el dinero y empezó a vender sus cosas. «No tenía ingresos y no dejaba
de consumir. La gente se me quitó del lado y entonces vendí los apartamentos, empecé a vivir en hoteles y luego en hoteluchos. Vendí todo lo que tenía. EL CARTUCHO Sin lugar fijo en dónde vivir, se fue a las calles y terminó estableciéndose en la Calle del Cartucho, sitio deprimido de Bogotá. «En la calle estuve cuatro años, fueron tiempos de zozobra, angustia, soledad. Como hombre aprendí a batallar, nunca delinquí, nunca tuve líos con la Policía. Allá me tocó defenderme compartiendo con ladrones, atracadores, sicarios y drogadictos, todas personas golpeadas por la vida que, sin embargo, tenían cosco buenas. Empecé a manejar un grupo de ladrones, a decirles qué se hacía y qué no.
Allá se respeta la palabra y yo era Más de una vez tuvo la muerte cerca por amenazas de sus compañeros y
porque pensó en suicidarse. "Cuando quise abandonar, pensé en suicidarme.
Entonces, me acordé de Dios, me metí a una iglesia, lloré y !e dije Al salir de allí, se le apareció la Virgen para salvarlo de una muerte segura. Fue cuando la directora de Bienestar Social del Distrito, Gilma Jiménez lo vio en la calle. "Me reconoció y se espantó, me vio vuelto nada, solo, como un desechable. AI día siguiente me buscaron y Andrés Botero me habló del sitio. Pensé que era en serio porque era un proyecto de Enrique Peñalosa, a quien yo conocí desde niño. Le dije que estaba cansado y que quería cambiar pero no tenía plata. Ese día me interné aquí". Efraín ya cumplió un año recluido en una de las sedes de los Hogares Claret, situado en el centro de Bogotá y muy cerca de la Calle del Cartucho; allí entendió el valor del hombre sin importar que sea adicto. "Aquí aprendemos que somos más importantes de lo que suponemos, la gente vuelve a perdonar al adicto y a recibir e! apoyo de los amigos. Recibimos ayuda profesional y no pagamos nada". De la mano de Dios y las de los terapistas, fue saliendo adelante y ahora quiere volver al trabajo. Está a mes y medio de salir del hogar y debe buscar un empleo. «Estoy haciendo contactos para meterme en e! medio porque es lo mejor que sé hacer. Si no hubiera sido por Hogares Claret, habría fallecido. Ellos me volvieron a la vida». Ahora es coterapista, habla a sus compañeros y los motiva para que sigan adelante, ellos le dicen «papá» y el les enseña y les sirve...: Tomado de la Revista TV y Novelas, No.251, septiembre
13 de 1999 |
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